Cuando encontró en el altillo la ropa apilada y mustia; los diarios, algunos en-cajados y otros desparramados; y aparatos de iban desde los antiguos Ipods hasta los mas recientes sin-nombre-cuendo-esto-se-escribió.
Entre la ropa vieja había una bufanda que supo era la que su nieto usaba en las mañanas invernales mientras esperaba el tren (así evitaba los piquetes del momento). La tomo entre sus manos y se sorprendió de su textura. La puso en sus hombros maravillado con la evolución de las técnicas de confección y tejido en los años posteriores a su muerte. Debajo de ella había uno de los diarios revoleados que tenia una foto en la que reconoció a un viejo amigo suyo.
Fidel estaba medio enfermo usando una moderna campera Adidas-Castro y saludando a un morochón que le resultaba conocido. "Qué gracioso" pensó el fantasma, "por un momento me imaginé que se trataba de es joven que tomaba Fernet sin rebajar porque era lo mas parecido al petróleo que conocía (junto con los Gitanes franceses sin filtro). ¡Claro como si Fidel se juntaría con él!".
Y siguió leyendo un poco, y de esa forma el fantasma del Che fue retratado.
Foto cortesía de Ishmael en el día de su cumpleaños.
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